martes, 9 de diciembre de 2008

Hasta el Paso del Viento

Finalmente el viento dejó de soplar al Este del Paso del Viento. En realidad, habían pasado 10 años desde que Germán Sopeña hizo la descripción de la tormenta que los acorraló a él junto a sus dos guías durante varios días, refugiándose en su carpa entre Glaciar Túnel Inferior y Superior. Pero podrían haber sido tan sólo un par de días. Germán tuvo que regresar, pero nosotros seguimos adelante, simplemente porque la Naturaleza nos lo permitió. La travesía patagónica había comenzado más o menos un año antes: como siempre, es la fantasía que comienza a gestarse durante el regreso de una recién cumplida. Queremos más! "Balcón al Hielo" resumía la idea de una escapada a los Hielos Continentales, y pegarle la vuelta al Cerro Huemul. Un trekking exigente de 5 días con algunos matices interesantes. El jueves, nuestro primer día de caminata, partimos de El Chaltén hacia Laguna Toro, subiendo hacia Loma del Pliegue Tumbado, adentrándonos en el valle del Río Túnel. Fueron 7 horas entre paisajes majestuosos coronados por el Fitz que nos miraba, sin nubes, asegurándose que sintiésemos su gigantezca dimensión, haciéndonos increiblemente pequeños, frágiles. "Innecesario", pensé, "sabemos que vivimos esta aventura de prestado." El clima es quién termina definiendo la mayoría de las veces el éxito o fracaso de las salidas en esta zona de la Patagonia. O la pulseada entre el tiempo disponible, y la probabilidad de que mejore el clima.




El sol nos acompañaba, iluminando praderas cubiertas de flores amarillas y mallines fáciles de cruzar. Cansados, -habíamos dormido pocas horas cerrando nuestras cosas en Baires-, cenamos cordero con couscous, un lujo que sólo se puede dar en la primera noche. Y dormimos en sendas carpas, aunque el viento nos despertaba de a ratos transformando el aullido en bramido. El viernes arrancamos hacia arriba, decidiendo vadear el río en lugar de cruzar usando la tirolesa -cable de acero con polea que se engancha al arnés para hacer una travesía aérea entre dos puntos altos- . El agua, proveniente del glaciar Túnel inferior apenas a unos centeares de metros de distancia- estaba apenas sobre cero, clavándose como mil agujas oxidadas en el cuerpo. Georgie tuvo tiempo de arrojarse a rescatar una mochila de un suizo que se le cayó cruzando la tirolesa. Grande, Georgetto! Seguimos subiendo, nos trepamos al hielo del glaciar y caminamos media hora sobre las grietas azul profundo. Nos asusta ver el agua helada dentro del glaciar e imaginarnos cayendo por allí, desapareciendo bajo del glaciar por algunos miles de años... hasta que se derrita. Claro, podría ser mucho antes, pero nos aterra igual. Pisamos tierra firme y seguimos trepando vertiginosamente en una ladera bien empinada. A metros del final de la trepada nos esperamos, y cruzamos todos juntos. No podía ser de otra forma. Llegamos a Paso del Viento, con sol, y sin viento. Y no podemos creer lo que vemos! .

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